Proyecto Casa Roja
Introducción
El ser humano guarda recuerdos como una caja de sorpresas, el tiempo aflora dichas emociones o situaciones pasadas. Casa roja pone en evidencia el lado bohemio de cada ser.
La utilización de puertas, ventanas, mesas, sillas tiene como fin la interacción del espectador con el espacio ocupado, para aprehender momentos vividos o soñados. Aunque también pueda pasar para algunos como parte de la ambientación.
Estos Objetos ordenadamente forman un todo y son el centro de esta historia. Tienen como motivo llamar a la reflexión, sin necesidad que esto sea lo único que ellos puedan ocasionar en el espectador, no escapándose los recuerdos, muchos, de solo algunas noches vividas.
El ser humano guarda recuerdos como una caja de sorpresas, el tiempo aflora dichas emociones o situaciones pasadas. Casa roja pone en evidencia el lado bohemio de cada ser.La utilización de puertas, ventanas, mesas, sillas tiene como fin la interacción del espectador con el espacio ocupado, para aprehender momentos vividos o soñados. Aunque también pueda pasar para algunos como parte de la ambientación.
Estos Objetos ordenadamente forman un todo y son el centro de esta historia. Tienen como motivo llamar a la reflexión, sin necesidad que esto sea lo único que ellos puedan ocasionar en el espectador, no escapándose los recuerdos, muchos, de solo algunas noches vividas.
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Concepto
Este proyecto tiene raíz en la destrucción de un local llamado chaska, la casa de muchos personajes conocidos en la movida trujillana. Uso este termino porque hubieron y hay muchos que tienen este sentimiento para con este local, que los alberga semana a semana.Hablar de casa para mi es despertar infinidad de pensamientos, mas cuando las cosas que pueden pasar dentro generan una larga lista actos y momentos.Tanto como citar el color rojo, que puede tener múltiples definiciones: amor u odio, vida o muerte, no siendo estos y no dejando de ser el móvil de este proyecto.
La utilización de algunos objetos ( puertas, ventanas, etc) solo es escusa para transportar este determinado espacio virtual, que se transforma cuando el expectador tiene interacción con el. abrir, cerrar, tocar , sentir, observar. son actos cotidianos
muchas veces aburridos un ejemplo: cuando alguien llama a tu puerta y no tienes ganas de salir por que estas muy distraido viendo la tv, o te ocultas no abriendo cuando viene un cobrador. estos simples momentos despiertan: recuerdos, sentimientos
abrir, serrar son actos cotidianos pero invito llevar eso al análisis, pudiendo así despertar interrogantes no olvidando que al interactuar con estos objetos que son puerta, ventana, puedes también proteger, ocultar o tal ves dar un vistaso en tu interior.
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LA ANTINOSTALGIA DE PAOLOVIGO
No sólo los gatos tienen nueve vidas. Nosotros, los seres humanos, también morimos y renacemos varias veces en el transcurso de nuestra existencia terrenal, cerrando las puertas tras de las vidas pasadas y poniendo un grueso punto final al cabo de cada página terminada. En una fila de habitaciones sucesivas quedan encerrados los recuerdos, como muebles viejos amontonados en un desván. A veces pasan años antes de que al dueño de la casa se le ocurre abrir la puerta y, despejando el polvo y las telarañas, hacer recuento a sus olvidadas pertenencias.
Se acostumbra asociar los recuerdos con la nostalgia, el dulce malestar en la zona del estómago que nos hace querer revertir el tiempo. Pero los recuerdos también pueden convertirse en pesadillas, pueden atormentar y quitar la paz. El desván a menudo se puebla de fantasmas, a los cuales enfrentarse cuesta coraje. Hay recuerdos desolados y tristes, recuerdos de un tiempo desperdigado, de un tiempo que no tiene medida ni duración. Al cerrar la puerta tras de un capítulo de esos, se siente un alivio.
Una puerta, o una ventana, sirven no sólo como vías de comunicación, sino también como barreras. Tras de una puerta que nos separa del pasado indeseado, nos sentimos seguros y protegidos, espiando de cuando en cuando a través de los cristales opacos, como en un viejo espejo descascarado, las sombras que ya no tienen poder de hacernos daño, nuestros propios errores y pecados, que no por haber quedado tras el umbral dejan de ser reales.
No sólo los gatos tienen nueve vidas. Nosotros, los seres humanos, también morimos y renacemos varias veces en el transcurso de nuestra existencia terrenal, cerrando las puertas tras de las vidas pasadas y poniendo un grueso punto final al cabo de cada página terminada. En una fila de habitaciones sucesivas quedan encerrados los recuerdos, como muebles viejos amontonados en un desván. A veces pasan años antes de que al dueño de la casa se le ocurre abrir la puerta y, despejando el polvo y las telarañas, hacer recuento a sus olvidadas pertenencias.
Se acostumbra asociar los recuerdos con la nostalgia, el dulce malestar en la zona del estómago que nos hace querer revertir el tiempo. Pero los recuerdos también pueden convertirse en pesadillas, pueden atormentar y quitar la paz. El desván a menudo se puebla de fantasmas, a los cuales enfrentarse cuesta coraje. Hay recuerdos desolados y tristes, recuerdos de un tiempo desperdigado, de un tiempo que no tiene medida ni duración. Al cerrar la puerta tras de un capítulo de esos, se siente un alivio.
Una puerta, o una ventana, sirven no sólo como vías de comunicación, sino también como barreras. Tras de una puerta que nos separa del pasado indeseado, nos sentimos seguros y protegidos, espiando de cuando en cuando a través de los cristales opacos, como en un viejo espejo descascarado, las sombras que ya no tienen poder de hacernos daño, nuestros propios errores y pecados, que no por haber quedado tras el umbral dejan de ser reales.
Vera Tyuleneva
CASA ROJA
¿Es posible rescatar a través de diversas estructuras aisladas la esencia de un lugar que ya no existe? Podemos decir que la presencia de un mueble antiguo fuera de su contexto original nos remite inconscientemente al espacio y lugar al que perteneció, hacia aquel escenario donde estuvo antes de ser arrancado para ser presentado como parte de una exposición artística. Este es el intento de Paolo Vigo, el de hacernos imaginar un escenario que ya no existe más (una taberna de breve existencia que fue cerrada) y de la que ahora solo nos quedan algunos vestigios. Y nos traslada hacia allí a través de algunos muebles y objetos que acompañaron físicamente su efímera vida. Hay una cierta intención arqueológica (aun cuando no haya lejanía en el tiempo) al mostrar pedazos mal o bien conservados del local, pedazos con personalidad histórica que algunos habitúes pueden reconocer por haber frecuentado este ambiente; antiguos clientes quienes descubren ahora que el espacio al que concurrían es ahora objeto de reconstrucción virtual por medio de huellas exactas y pedazos que reafirman en la mente sus antiguas formas. Es importante pero no determinante haber tenido alguna relación con el bar para entender algunos de los símbolos que Vigo nos presenta ( de ahí algunos fotografías de ciertos personajes identificables, de fácil lectura dentro de algunos círculos bohemios), mas para los espectadores extraños a su historia aun queda la posibilidad de aproximarse a la nostalgia mediante el sencillo método de informarse que puertas, ventanas, sillas y demás enseres que alguna vez fueron usados y maltratados por muchos , ahora muestran sobre si las resacas de interminables trajines y jornadas. Dentro de una galería de arte estos objetos con historia y relevancia para algunos, constituyen en conjunto un minúsculo museo de sensaciones perdidas para todos.
¿Es posible rescatar a través de diversas estructuras aisladas la esencia de un lugar que ya no existe? Podemos decir que la presencia de un mueble antiguo fuera de su contexto original nos remite inconscientemente al espacio y lugar al que perteneció, hacia aquel escenario donde estuvo antes de ser arrancado para ser presentado como parte de una exposición artística. Este es el intento de Paolo Vigo, el de hacernos imaginar un escenario que ya no existe más (una taberna de breve existencia que fue cerrada) y de la que ahora solo nos quedan algunos vestigios. Y nos traslada hacia allí a través de algunos muebles y objetos que acompañaron físicamente su efímera vida. Hay una cierta intención arqueológica (aun cuando no haya lejanía en el tiempo) al mostrar pedazos mal o bien conservados del local, pedazos con personalidad histórica que algunos habitúes pueden reconocer por haber frecuentado este ambiente; antiguos clientes quienes descubren ahora que el espacio al que concurrían es ahora objeto de reconstrucción virtual por medio de huellas exactas y pedazos que reafirman en la mente sus antiguas formas. Es importante pero no determinante haber tenido alguna relación con el bar para entender algunos de los símbolos que Vigo nos presenta ( de ahí algunos fotografías de ciertos personajes identificables, de fácil lectura dentro de algunos círculos bohemios), mas para los espectadores extraños a su historia aun queda la posibilidad de aproximarse a la nostalgia mediante el sencillo método de informarse que puertas, ventanas, sillas y demás enseres que alguna vez fueron usados y maltratados por muchos , ahora muestran sobre si las resacas de interminables trajines y jornadas. Dentro de una galería de arte estos objetos con historia y relevancia para algunos, constituyen en conjunto un minúsculo museo de sensaciones perdidas para todos.
Jean Paúl Zelada
Ficha técnica:
“Casa Roja” Instalación - ensamble
Galería de Arte Impromptu
El Cultural
Centro Peruano Americano
Trujillo - Perú
Obras
“Casa Roja” Instalación
Área ocupada: 400 x 800 x 250 cm.
Materiales: mesa, sillas, puerta.
“The Doors” ensamble
Medidas variables
Materiales: 1 ventana y 8 puertas intervenidas
Museología
Carlos David Chávez Alvarado
Montaje
Juan Carlos Alvarado
Paúl Zelada
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